Ser soberano implica tomar decisiones propias, ejercer la autonomía, es decir: ser libre. Esto requiere una gran responsabilidad: la de elegir qué hacer y sostenerlo con los hechos. Es soberano aquel que puede pensar por sí mismo y poner en práctica sus ideas. Cuando se trata de las naciones, la soberanía se relaciona tanto con la defensa del territorio y sus riquezas naturales, económicas, culturales y sociales, como con la capacidad de sus pobladores de asumir decisiones propias.
Desde hace casi dos siglos, la Argentina
reclama la recuperación de la soberanía en las Islas Malvinas,
Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e
insulares correspondientes. La demanda por la soberanía de Malvinas
tiene como antecedente fundacional la ocupación británica, ocurrida
en 1833, acción que puede ser definida como una verdadera usurpación
ilegal realizada por el uso arbitrario de la fuerza y que expulsó a
parte de la población. Y que forma parte del proyecto imperialista
que Inglaterra desplegó durante fines del siglo XVIII y a lo largo
del siglo XIX. La ubicación del archipiélago entre los océanos
Atlántico y Pacífico colocó a las islas en la mira estratégica de
la expansión del Imperio, ya que fueron pensadas como base de
control, reaprovisionamiento y vigilancia austral aún antes de su
usurpación.
Los argumentos argentinos para afirmar la
soberanía tienen varias dimensiones.
Los
argumentos geográficos: las
islas forman parte de la plataforma continental de la Argentina y,
además, la proximidad de las Islas Malvinas respecto al territorio
continental es evidente en contraste con la distancia que existe
entre éstas y Gran Bretaña.
Los
argumentos históricos: los
territorios fueron heredados de España, luego de declarada la
Independencia, tal como ocurrió con el territorio continental
argentino.
Los
argumentos jurídicos: la
Argentina jamás renunció a sus derechos, encaró reclamos
diplomáticos permanentes y obtuvo el pronunciamiento favorable de
organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas
(ONU).
El ejercicio de la soberanía es un derecho
de los pueblos libres a habitar y gobernar el territorio de su nación
y es trascendental para construir nuestra identidad como pueblo.
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